Ensayo
Alrededor de la actual crisis de los periódicos se han acuñado un montón de lugares comunes ampliamente aceptados. Estos dos puntos de vista –uno desde Estados Unidos y otro desde Colombia– amplían las perspectivas, redibujan los motivos y plantean sugerentes alternativas para el periodismo impreso.
Ilustración de Diego Patiño
Si uno quisiera definir el momento preciso en que la prensa norteamericana quedó en estado de observación debido a sus tendencias suicidas habría que decir que fue hace poco más de tres años. Ahí fue cuando, durante la cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, Stephen Colbert pronunció un monólogo en el cual acusó a sus anfitriones de ser unos simples taquígrafos que, en esencia, habían permitido que la Casa Blanca de Bush quedara impune después de cometer múltiples asesinatos (o, al menos, ser responsable de la guerra en Irak). Para probarlo, y gracias a C-Span, es posible ver al periodista, muy elegante en el salón de baile del Hilton de Washington, adulando a los potentados del gobierno; en algunos casos, a las “fuentes” mismas que suministraron todos esos datos ficticios sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein.
Sin embargo, el discurso de Colbert no tuvo consecuencias fatales. Según el Washington Post, “no surtió el efecto deseado”. El Times ni siquiera lo mencionó al comienzo. Pero para desconcierto del Establecimiento, el ingenioso discurso de Colbert se difundió como un virus en cuestión de horas y llegó a convertirse en el video más popular de iTunes. La desconexión cultural entre el establecimiento periodístico y el público al que aspira a servir no podría haber quedado retratada de manera más patente.
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¿donde dice Establecimiento quiere decir "establishment"?
Es un antiguo y destacado columnista del New York Times.
Julio de 2009
Edición No.99