Literatura
Lawrence Ferlinghetti es reconocido como poeta y fundador de la casa editorial City Lights Books. Menos se sabe de su arraigada hispanofilia. Ése es el tema de esta conversación, en la que comparte protagonismo con poetas, revolucionarios y recuerdos del contienente.
Ferlinghetti y algunos amigos en el sótano de City Lights • © Roger Ressmeyer | Corbis
Lawrence Ferlinghetti, 91 años, comenzó a escribir poesía y a pintar hace sesenta, y desde entonces no ha parado. Es una de las principales voces vivas de la poesía estadounidense. Ha publicado más de una docena de libros, entre ellos Un Coney Island de la mente –con más de un millón de ejemplares vendidos–, y ha expuesto sus cuadros en galerías de Estados Unidos y Europa. El año pasado fue nombrado miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.
En 1953 fundó City Lights Books, una de las más antiguas y prestigiosas casas editoriales independientes de Estados Unidos, que cuenta en su catálogo con títulos como el famoso Howl de Allen Ginsberg.
Amigo de Ginsberg, Kerouac y Gregory Corso, ha sido tildado con frecuencia como padre de los escritores beat –rótulo que ha negado reiteradamente– e incluso aparece como personaje secundario en Big Sur, la novela de Kerouac.
Estuvo en Nagasaki poco tiempo después de que la ciudad fuera arrasada por la bomba; estuvo en la cárcel por haber publicado Howl; estuvo muy cerca, comprometido con las causas sandinista y zapatista. Estuvo en el surrealismo, estuvo en el expresionismo abstracto, estuvo en el fluxus, estuvo en la ecopoesía. Como diría Ginsberg: el tipo siempre estuvo ahí.
Además de este enciclopédico prontuario, hay un aspecto especialmente interesante de este personaje: su profundo y largamente sostenido interés por la cultura, la política y la literatura del mundo hispano. La hispanofilia de Ferlinghetti no solo lo ha llevado a aprender a leer y hablar en español, sino también, al igual que el protagonista de la novela de Roberto Bolaño, Los detectives salvajes, a recorrer Latinoamérica en busca de poesía, justicia y verdad.
Esta conversación, desde dos lados de un mundo que Ferlinghetti conoce muy a fondo, es también un recorrido por el continente y su literatura.
Conocí a Pablo Neruda en Cuba a principios de los sesenta. No recuerdo s...
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Octubre de 2010
Edición No.113