Entrevistas
Entre las escritoras de lengua inglesa invitadas a la pasada edición del Hay Festival estaba la sudafricana Deborah Levy. Su participación en el festival incluía una mesa sobre la experiencia de escribir un cuento basado en una de las novelas ejemplares de Cervantes, El licenciado Vidriera, y una conferencia sobre la influencia de Shakespeare en su propio trabajo. Dos polos específicos en medio del amplio horizonte de su obra.
En Sudáfrica, a principios de los cincuenta, se establecieron zonas segregadas para negros y blancos. Deborah nació en el 59. Su padre, un académico, fue miembro del Congreso Nacional Africano, “la fuerza disciplinada de la izquierda”. El partido fue proscrito por el gobierno y el padre de Deborah enviado a prisión. Durante ese periodo, cuenta ella, una foto en la sala de su casa ocupó el lugar de su padre. En la literatura de Deborah es frecuente el uso de objetos cotidianos como metáfora de sucesos históricos y sentimientos íntimos: la caida del imperio británico asociada con el betún café para zapatos, la revolución cubana con la miel de maple, la satisfacción de la rabia con cerrar con fuerza la puerta de un taxi en la lluvia y una forma elegante de vivir la angustia con el black vodka.
“Black Vodka” es precisamente el título de uno de los cuentos más aplaudidos de la autora sudafricana y del libro homónimo en que está incluido; la historia transcurre alrededor de una campaña para una nueva marca de vodka, durante la cual el protagonista -un redactor jorobado- luce como un lunar en medio del glamour publicitario. El cuento fue finalista en el BBC International Short Story Award en 2012 y fue ganador del Frank O'Connor International Short Story Award en 2013. Deborah también ha escrito teatro, novelas y poesía. Sus obras de teatro han sido presentadas en la Royal Shakespeare Company y su novela Nadando a Casa fue finalista del Man Booker Prize en 2012. Ese mismo año, la cadena BBC trasmitió sus dramatizaciones sobre dos icónicos casos de Freud, Dora y The Wolfman.
Sobre su versátil trayectoria, la construcción de identidad y de hogar de sus personajes y alguno que otro tema conversamos durante un tórrido mediodía cartagenero que subrayaba el elegante matiz de su vestido, negro como el black vodka.
Deborah, para esbozar una simple primera aproximación a su temperamento, ¿cuál es su insulto o grosería preferido?
En mi novela Nadando a casa hay un poeta inglés. Y la idea de todos de un poeta es: que usted mira la luna, mira las estrellas y crea un lenguaje hermoso. Pero, yo siempre hago que use ¡puta mierda! para hacer énfasis. Él es un padre bastante peculiar. Cuando su hija le dice –No quiero l...
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Fueparte de nuestro equipo editorial. Actualmente trabaja en la firma Camilo Santamaría Arquitectura y Urbanismo.
Diciembre 2015
Edición No.170