...el que le cayó a esta foto. Así quedó: lavada, blandita, plana. Junto a otras 6.000 personas, dos miembros de esta redacción asistieron con entusiasmo al desnudo masivo que convocó el fotógrafo estadounidense, el 5 de junio de 2016 (es cierto, más por la adrenalina que por esperar grandes resultados estéticos). Decepción fue lo que sentimos al recibir esta imagen sin mérito fotográfico, mal revelada y pésimamente impresa, que nos enviaron como recompensa por posar como ostras en medio del húmedo frío de la madrugada bogotana (y que encontramos revolviendo correspondencia vieja).
Con esta captura frontal que deja a los más rápidos robarse el protagonismo, Tunick le dio gusto al egoísmo idiosincrático de los colombianos que salió a relucir una vez los organizadores dieron la orden de empelotarse para hacer una formación en la plaza: entonces, gran parte de la multitud echó a correr en estampida para salir al frente y al centro de la foto. En muchos de sus otros proyectos, Spencer ha captado imágenes interesantes, figuras colectivas en las que el individuo es una pieza de algo mayor. Aquí, nada más que un clic obvio ante un montón de gente encuera.
Lamentablemente, no pudimos asistir a la exposición que reunió el resto de tomas de ese día (y cuya calidad debemos suponer de buena fe), puesto que la muestra fue embutida en semana y media en diciembre del año pasado. Por esa época, los susodichos redactores disfrutaban de un merecido descanso en sitios más tibios, y en sus respectivas provincias. ¿Por qué el producto de un evento al que se le hizo tantísima publicidad recibió tan poca difusión?
Un modesto estudiante de fotografía podría haber logrado resultados tan interesantes como el que reproducimos aquí. (Tal vez el principal mérito de Tunick sea su capacidad para atraer a tantos “colaboradores”.) Pero digamos que ese hipotético aprendiz hubiera tenido a su disposición la plaza de Bolívar, una organización que le asegurara la presencia de una aglomeración de personas desnudas, varias cámaras, drones, asistentes y arrieros de logística armados con megáfonos, que aprendieron sus técnicas para tratar a las masas y su empatía con el género humano en tutoriales de YouTube. Si ese hipotético estudiante hubiera...
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