Ciencia y tecnología
Pocas rebeliones más anunciadas que las de los robots y la inteligencia artificial. Ambas se mantienen con gran ímpetu en las series de televisión y el cine de ciencia ficción, que contará con una amplia muestra durante la próxima edición del Festival Bogoshorts.
Ilustración de Nicolás Dávila
1977. Metz, Francia. Philip Kindred Dick lleva un sobre de manila en la mano, del que saca algunas hojas, se sienta. Al frente tiene un auditorio lleno de franceses. Estos, a diferencia de los lectores y críticos estadounidenses que lo consideran un autor menor de un género menor, lo toman en serio. Y Dick tiene algo serio para decir: “Vivimos en una realidad programada por computadora”.
Durante la charla, Dick asegura que los recuerdos fragmentarios de otras realidades son la materia prima de sus cuentos y novelas y que, por eso, mientras “la gente afirma recordar vidas pasadas, yo sostengo recordar una muy diferente vida presente”. Pero va más lejos: “La única pista que tenemos (de que vivimos en una simulación) es que cuando se cambia alguna variable, tenemos la abrumadora impresión de que estamos reviviendo el presente, de que experimentamos un déjà-vu”.
Para Dick el problema era la realidad de la realidad y ese fue el tema recurrente en toda su obra, que en ese otoño del 77 expuso como una especie de Matrix adelantada a la de las hermanas Wachowski, una realidad virtual de la que no nos percatamos pero que está en todas partes. Ubicua (¿Ubik-ua?) como un dios digital.
2.
Alguna vez, cuando le hicieron la clásica pregunta de cómo y por qué empezó a escribir, Dick respondió que fue luego de leer el cuento “La repuesta”, de Fredric Brown. Un brevísimo relato –publicado en 1954– que si bien no cuestionaba el material del que está hecha la realidad, sí combinaba dos variables que más adelante le interesarían a Dick y a muchos otros autores de ciencia ficción: máquina y Dios. Inteligencia artificial y poder absoluto.
En esas pocas e inquietantes líneas, Brown cuenta
–aquí vienen los spoilers– que los científicos construyeron la computadora más grande y poderosa de todo el universo y, al encenderla, uno de los hombres decidió hacerle la pregunta que nadie había podido responder: “¿Existe Dios?”. A lo que la máquina contestó sin vacilar: “Sí, ahora existe”.
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En 2009 ganó el Premio Rey de España con la crónica "Atlas es chocoano". En 2017 ganó un Premio Simón Bolívar de periodismo por su crónica "El vuelo del pterodáctilo". Dirige "Directo Bogotá".
Diciembre de 2017
Edición No.192