Breviario
El fino humor londinense demuestra que la distancia entre ateos y creyentes puede sortearse con un poco de ironía.
Richard Dawikins, en una fotografía de 2004. © Colin McPherson. Corbis
Con cierta periodicidad la gente culta se hace lenguas sobre la importancia que para la humanidad han representado el empirismo y el humor ingleses. Londres, ciudad de parques, de ventiscas, de callejuelas que evocan cosas extrañas, de taxis únicos que parecen de juguete y de románticas casetas de teléfonos públicos a la vera del Támesis, ahora ve que sus autobuses rojos de dos pisos llevan adherido un cartel que reza: “Dios probablemente no existe, deje de preocuparse y disfrute de su vida”. La campaña, estimulada por una periodista, está respaldada por Richard Dawkins, un biólogo de la Universidad de Oxford que está dedicado a impulsar el ateísmo con base en bestsellers de profusos tirajes y millonarias ventas: El gen egoísta y El espejismo de Dios.
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Es columnista de El Meridiano de Córdoba
Diciembre de 2008
Edición No.93
Publicado en la edición
No. 193De manufactura muy diversa, pero igual de encantadora, este trío de ensayos aborda la música, el cine y el sentido del gusto (incluyendo el gusto por el arte) con un ingenio prodigioso. [...]