Un caparazón de píxeles
Cuatro poemas de Diego Armando Peña inspirados en películas de Akira Kurosawa.
POR Diego Armando Peña

Sueños (1990)
Las estalactitas son los dedos de la tierra
Akira
Con ellos acaricia el aire
no alcanza al cielo
Cuando llegue el fin del mundo te será fácil irte
Recostarás tu lomo sobre la brisa
extenderás tus yemas hechas de imágenes
y tocarás los dedos de la tierra
Ella y tú alcanzarán el cielo que ya se habrá unido con el [suelo
Van Gogh estará orgulloso a tu lado y ya no tendrá que [sermonearte
Para pintar no busques un cuadro cúbrete de belleza
Tampoco te preguntarás si estás muerto
como cientos de soldados que se sienten vivos
Para ese momento una tumba en el piso y en el viento
[pesarán igual
No será el paraíso
sino el gorjeo de un ave revuelto con el grito de un cerdo [devorado
Un sueño con sus pesadillas incluidas
Para mí morir no será fácil
mi ausencia apenas se marcará con un frío en este asiento
y unos billetes menos en la taquilla del teatro
No creo que a la tierra al cielo a Van Gogh y mucho menos [a ti
les importe que para palpar un poco las pesadillas
[y sueños de la humanidad
revuelva mis palabras con los píxeles de tus películas
Incluso morir tiene un mérito
Kurosawa
aprender a respirar sin oxígeno ni pulmones
Los siete samuráis (1974)
Lloras con la cara puesta sobre la tierra Akira
Sazonas el arroz de una aldea pobre
Lágrimas recorren los surcos
y se maduran como hombres aptos para defender un
[cultivo de ladrones
La cosecha sigue su curso con siete samuráis
dibujados por pies de greda y pasos de pantano
Tu Kikuchiyo rescata a un huérfano de las llamas
y quiebra sus sollozos como un cristal ante un grito
este niño soy yo
Enseguida el público de la sala nos abalanzamos sobre tu [pantalla
y con una tela formada de dedos remendamos las esquirlas [del roto
La guerra ha acabado
El arroz se ha salvado
Al lado de tu aldea florece una montaña de huesos
coronada con cuatro catanas vestida con varios sombreros
y enraizada en espectadores vivos
Reinventas el llanto
Kurosawa
sepultas con píxeles a samuráis y campesinos
para convertirlos en tus lágrimas
las que ahora brotan de mis ojos
Ikiru (Vivir) (1952)
Los cucarrones agonizan de espaldas
Akira
y patalean tranquilos al cielo
como si agarraran una estrella
Hay humanos con caparazones frágiles
agonizan en la piquiña del pasto
A tu Watanabe le diste un parque con columpio
para que entre la oscilación y la nieve
meciera su cáncer y endureciera su espalda
Él pataleó tranquilo al firmamento
Ahora reconozco que no es tu personaje quien necesitaba [una corteza dura
Ahora reconozco que tú y yo nacimos con el mismo cuero [blando
Ahora reconozco que te edificaste un caparazón de píxeles
Ahora reconozco que vengo a la sala a endurecer el mío
¿Las tortugas morirán de espalda
o su caparazón hecho de mil columpios
las hará inmortales?
En todo caso
Kurosawa
Ikiru es endurecer los huesos para que bajo la tierra la
[podredumbre no la tenga fácil
Sanjuro (1962)
En mi anterior carta olvidé mencionar
Akira
que las abejas se aíslan para morir
Saben que la muerte es un hecho íntimo
Nadie puede alimentarse solo por las piernas
incluso la flor más enraizada necesita polen y lluvia [para continuar erguida
¿Es verdad que los árboles mueren de pie
y que por eso tu anónimo salió de su sepultura
alargó sus raíces
y anduvo?
Tal vez solo quería un poco de aire
Hay árboles como el balso que cuando van a morir [florecen
Otros
los talados
para pedir ayuda gritan a todo el bosque con sus
[troncos como boca
saben que la muerte es un acto público
Así
Kurosawa
tu samurái sin nombre que no ha tenido las alas de [una abeja
nos lanza todas sus flores a un riachuelo para que lo [salvemos de la peste
[de matar a un ser humano
ACERCA DEL AUTOR
Profesional en creación literaria de la Universidad Central. Ganador del II Concurso Nacional de Poesía Pablo Neruda. Ha sido incluido en diferentes antologías de narrativa.